Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
¡Él...! ¡Gilberto...!, ¡el hijo de un labrador y de una aldeana...!, ¡él...!, ¡tímido y respetuoso que apenas osara alzar los ojos delante de la altanera y desdeñosa joven, iba a tocar con sus labios la extremidad del vestido o las puntas de los dedos de aquella majestad dormida, que pudiera al despertar confundirle con su mirada...!
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