La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik
Porque nadie tiene más sed de tierra, de sangre y de sexualidad feroz que estas criaturas que habitan los fríos espejos.
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Calificación promedio: 5 (sobre 147 calificaciones)
/Ciclo de charlas en el marco de la muestra Alejandra Pizarnik. Entre la imagen y la palabra organizada por la Biblioteca Nacional. Jueves 30 de marzo | 18 hs. Daniel Link y Evelyn Galiazo. Cierre: Javier Medialdea + wad - live set. De pronto me admiro de todo lo que hice. de mis papeles. Algún día van a estar en el museo (de un instituto psiquiátrico). A su lado habrá un cartel: Papeles de una enferma de 19 años, escribe irónicamente Pizarnik, con clara conciencia de estar constituyendo una obra. El ciclo de charlas Alejandra Pizarnik. Escrituras y archivos aborda distintos aspectos de su legado.
La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik
Porque nadie tiene más sed de tierra, de sangre y de sexualidad feroz que estas criaturas que habitan los fríos espejos.
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Poesía completa de Alejandra Pizarnik
No [poder] querer más vivir sin saber qué vive en lugar mío ni escribir si para herirme la vida toma formas tan extrañas.
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Poesía completa de Alejandra Pizarnik
Quiere decir, pero siento lo que ella es. Encuentra que es muerte amor si bien todo, sin amor, le es ofensa. No sabe por qué no calla puesto que su amor la vuelve inocente. Dueña del crepúsculo, tañe los espejos de los pronombres. Cada palabra que escribo me restituye a la ausencia por la que escribo lo que no escribiría si te dejan venir aquí. Me atengo al poema. El poema me lleva a los confines, lejos de las casas de los vivos. ¿Y por dónde andaré cuando me vaya y no vuelva? Y nadie comprende. Toda mi vida te espera. Y sin embargo busco la noche del poema. Solamente pienso en tu cuerpo pero rehago el cuerpo de mi poema como quien trata de curarse una herida. Y nadie me comprende. Yo sé que la vida, que el amor, deben cambiar. Esto que dice mi máscara sobre el animal que soy, alude penosamente a una alianza entre las palabras y las sombras. De donde se deriva un estado de terror que niega el orden de los humanos. |
Poesía completa de Alejandra Pizarnik
Noche Tal vez esta noche no es noche, debe ser un sol horrendo, o lo otro, o cualquier cosa… ¡Qué sé yo! ¡Faltan palabras, falta candor, falta poesía cuando la sangre llora y llora! ¡Pudiera ser tan feliz esta noche! Si sólo me fuera dado palpar las sombras, oír pasos, decir "buenas noches" a cualquiera que pasease a su perro, miraría la luna, dijera su extraña lactescencia, tropezaría con piedras al azar, como se hace. Pero hay algo que rompe la piel, una ciega furia que corre por mis venas. ¡Quiero salir! Cancerbero del alma: ¡Deja, déjame traspasar tu sonrisa! ¡Pudiera ser tan feliz esta noche! Aún quedan ensueños rezagados. ¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces! ¡Y mis pocos años! ¿Por qué no? La muerte está lejana. No me mira. ¡Tanta vida Señor! ¿Para qué tanta vida? |
La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik
La magia negra de Darvulia se inscribió en el negro silencio de la condesa: la inició en los juegos más crueles; le enseñó a mirar morir y el sentido de mirar morir; la animó a buscar la muerte y la sangre en un sentido literal, esto es: a quererlas por sí mismas, sin temor.
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La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik
Ella es una prueba más de que la libertad absoluta de la criatura humana es horrible
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En esta noche, en este mundo de Alejandra Pizarnik
alguna vez alguna vez tal vez me iré sin quedarme me iré como quien se va. |
Prosa completa de Alejandra Pizarnik
>> Yo estaba predestinada a nombrar las cosas con nombres esenciales. Yo ya no existo y lo sé; lo que no sé es qué vive en lugar mío. Pierdo la razón si hablo, pierdo los años si callo. Un violento arrasó con todo. Y no haber sabido hablar por todos aquellos que olvidaron el canto... (Toca el silbato. Entra Car, quien se detiene junto al triciclo.) ¿No eras el ausente? ¿No anunciaste que eras el iro? CAR: ¿Para qué hablamos si no hay ningún silencio que romper? SEG: Muchacho literario, ¿qué vas a hacer sin mí en esta vida con dientes de tigre? CAR: Aquí no se vive ni se sueña. Tampoco se ama. |
Prosa completa de Alejandra Pizarnik
[...] Sí -dije- vé, vé, vé (sintiéndome, oh siempre, en el centro exacto del abandono). Vi sus ojos en el resplandor cortado de oscuridades hirientes, súbitas. Vi sus ojos en el sonido de la tormenta, en los colores ardiendo como pájaros muy efímeros. Que se vaya -me dije- yo no pretendo, no intento, no comprendo. No me dejes -dijo- no me exilies de ti. En lo alto, en lo puro del abandono. Llamarme a mí pequeña abandonadora. Antes de desaparecer vi sus ojos no comprendiendo. Trémulo gesto de mi cara para ir a llorar importantemente en la noche del no se sabe quién es abandonado.
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La extracción de la piedra de locura. Otros poemas de Alejandra Pizarnik
TU VOZ Emboscado en mi escritura cantas en mi poema. Rehén de tu dulce voz petrificada en mi memoria. Pájaro asido a tu fuga. Aire tatuado por un ausente. Reloj que late conmigo para que nunca despierte. |
¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?