Teresa vivía sus amores con intensidad extremada, la misma que aplicaría a una obra poética muy considerable, caracterizada por ciertas reminiscencias románticas.
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Teresa vivía sus amores con intensidad extremada, la misma que aplicaría a una obra poética muy considerable, caracterizada por ciertas reminiscencias románticas.
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“Imposible salir de la Tierra” es un libro de cuentos (escritos entre 2005 y 2015) en donde los protagonistas parecen estar signados por la desgracia. En escenarios cotidianos que luego se transforman en nubes que rozan lo onírico, nos encontramos con seres perturbados, cuyas obsesiones particulares, personales, tarde o temprano tendrán consecuencias y los llevarán a actuar de determinada manera, poniendo en marcha el mecanismo de la acción. Al ser personajes tan extraños, el lector comienza a dudar sobre la delimitación de lo que es real. Es palpable, en todos ellos, la constante presencia de la muerte, los recuerdos turbulentos de la infancia, el desarraigo. La narración tiene mucha fuerza y resulta envolvente. No mantiene descripciones innecesarias y se centra en lo subjetivo, en lo que cada personaje siente, piensa, anhela. Obtiene así, un ritmo constante, que avanza sin pausa pero sin prisa. Algo que me llamó poderosamente la atención es la constante presencia de Japón en todos los relatos y la intertextualidad con sus propias historias (Cuadrar las cosas y La Epidemia de Traiguén) Sumado a eso, resulta curioso que el relato inicial y el cierre del libro parezcan dos caras de la misma moneda. Tanto La Epidemia de Traiguén como Naturalezas Muertas son historias de tríos amorosos que se ven enmarcados en la posesión, los celos y la locura. Es imposible salir del aquí y el ahora, y es inevitable terminar en la Tierra misma, ya que del polvo venimos y al polvo vamos. Y también es imposible permanecer indiferente una vez se ha ingresado al mundo de la narrativa de Costamagna. Enlace: https://situacioncaprichosa... + Leer más |
Claudio y Claudia son los protagonistas de esta historia, los dos recorren distintos lugares de Santiago. Es un cuento que deja la sensación de que algo falta, nos queda la sensación de que Claudia es algo extraña y oculta algo, pero todo es impreciso. Por su parte Claudio parece no tener carácter ni un propósito, excepto seguir y andar al ritmo de ella. Un cuento que no me gustó y una mala aproximación como una primera lectura de la autora.. |
El sistema del tacto (2018) es una novela sobre la búsqueda de identidad y la ilustración del desarraigo, donde el límite entre lo real y lo ficcional es difuso; el libro lleva en la portada una fotografía de los años 50 de la abuela Nélida de la escritora, un personaje clave de la novela. Es la historia de una chica llamada Ania, una « chilenita » (el uso abusivo del diminutivo a la chilena o un menosprecio argentino?), nacida de padres argentinos en territorio chileno. Con viajes todos los veranos hacia el otro lado de la cordillera para reanudar con la parentela argentina de origen italiano, instalados en Campana (ciudad a sólo 75 Km de Buenos Aires a la derecha del río Paraná), hacia 1910. La familia se ha arraigado poco a poco y conservado algunos documentos del pasado como el Manual del perfecto inmigrante, un documento tragicómico que se les daba en el momento del desembarco en Argentina y que les explicaba cómo debían comportarse en esas tierras. Ania le tiene cariño a su abuela Nélida, un personaje fuerte y algo misterioso que inmigró después de la SGM, en los años 50, en condiciones poco claras porque tenía en Italia profesión y empleo como mecanógrafa. Ania hará muy buenas migas con su tío Agustín que sigue en casa de los padres y es un marginal como ella. Porque Ania ha sido despedida del colegio y vive trabajando con empleos sin calificación como pasear perros, regar plantas, cuidar mascotas y casas ajenas, etc. El tío Agustín sigue en casa de sus padres, ha seguido un curso de mecanografía y ha guardado la Underwood heredada de Nélida. Aquí llegamos al momento en que se puede explicar el título de esta singular novela. Hay dos posibilidades, una sería una alusión al tacto que se requiere para trabajar sobre la Underwood que usa su tío, y la otra podría ser el tacto que se necesita en la vida para insertarse socialmente, para incorporarse al lugar que le corresponde a cada uno (familia, trabajo, cuerpo social), porque ni Ania ni Agustín tienen ese tacto ni están muy bien instalados en la vida, ambos son marginales. Pasan los años y Ania debe partir de urgencia a Campana porque su querido tío Agustín entra en agonía y el padre de Ania no puede hacer el viaje. Se deshace la familia porque con la muerte de Agustín desaparece el último baluarte de esta familia argentina de origen italiano. Ania encontrará muchos documentos y fotos que le darán una visión más concreta sobre el legado familiar. El tema de la búsqueda de identidad y del desarraigo son temas muy manidos. Lo que resulta peculiar en esta novela es el estilo de escritura y el lenguaje. Un estilo muy telegráfico, y un lenguaje insinuador de cierta justeza que conmueve. Hay como un pudor de no decir la totalidad aunque mucho queda insinuado, al mismo tiempo que el relato toma cierta distancia gracias a la burla. Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. + Leer más |
En este último párrafo concluiremos destacando el talento de Costamagna, en primer lugar, para crear personajes totalmente normales en su contexto social pero con fantasías - las de experimentar su propia inexistencia - que escapan de la lógica o de las convenciones de una cultura asentada en los valores de la religión católica. Y en segundo lugar, para concienciarnos de que, en cualquier momento de nuestra vida, podemos ser Julieta o Martín Canossa. En otras palabras, que podemos ansiar nuestra desaparición en el momento más inesperado, estando cuerdos y hasta en un momento en el que las circunstancias de cualquier signo nos sonrían de oreja a oreja.
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La escritora chilena Alejandra Costamagna (n. 1970), más allá del aval que un día le diera Roberto Bolaño, es una autora con una trayectoria narrativa a sus espaldas, que ha sido finalista del último Premio Herralde de la editorial Anagrama por su novela El sistema del tacto, lo que supone un espaldarazo a su obra y una difusión internacional, que anteriormente no disfrutaba. De todos los premios de novela, que organizan las editoriales españolas, el Herralde es el de mayor prestigio entre los lectores hoy en día. Luego la novela podrá deleitar más o menos, pero tendrá unos mimbres mínimos. Esta novela los tiene, porque Costamagna, mediante la alternancia de voces narrativas y saltos temporales entre otros recursos, demuestra un hábil manejo de la emoción y nos muestra el interior azorado y desubicado de la protagonista Ania, la chilenita. La novela comienza con el encargo del padre provecto de Ania: ella debe cruzar la frontera y acompañar a su tío Agustín en su agonía entre seres oscuros y casi olvidados, que prácticamente vegetan en la rutina y el tedio de las poblaciones anquilosadas de tizñe gris y “a medio existir” de Argentina (concretamente Campana), a donde debe viajar desde Chile. En Campana, donde “se han quebrado las certezas de la adolescencia”, Ania aviva los fantasmas recluidos en su seno y “confronta el recuerdo con la ruina” personal aguijoneada por el insomnio. Es entonces cuando el recuerdo de Nélida, la madre de Agustín, asume protagonismo. Atormentada en su exilio y orillada por su inestabilidad mental, “de pensamientos ya sin frenos”, respirando por su familia italiana y resignada en tierra ajena sudamericana, torturada por un sobrino en edad temprana muerto a sus pies, de “nostalgia crónica”, Nélida es como una fonda ineludible en la ruta de los recuerdos de Ania. La obra se tituló en un inicio La novela de Nélida por ser Nélida el vértice del dramatis personae y Nosotros, los otros, pero finalmente se impuso con acierto El sistema del tacto por ser, para el personaje Agustín, el método más adecuado para escribir a máquina con tacto, con tino, precisamente algo de lo que adolece Agustín en sus relaciones con los demás. De Agustín son los materiales de desecho que funcionan como contrapunto, como entradas de una enciclopedia, párrafos de un libro, fotografías, ejercicios de dactilografía, y que le aportan agilidad a la desmenuzada estructura. Como curiosidad, indicar que las fotografías tanto de la portada como del interior son de la tía abuela real de Costamagna, quien hizo ese viaje del Piamonte a una provincia de Argentina y tuvo una vida aderezada con secretos sobre los que fabula Costamagna no solo reconstruyendo su pasado, sino dislocando el presente. Una novela con una densa pátina de verdad, con las esquirlas del pasado violento de la guerra, con una persona que se convierte en personaje. No es la mera reconstrucción veraz de una vida, la de Nélida, porque hay demasiadas sombras y porque hay una resonancia vigente, porque hay un afán testimonial del pasado reciente y su vinculación con el presente con el objeto de enfrentar al lector con su realidad actual. Las fronteras entre memoria y ficción, historia y delirio están muy difuminadas y eso convierte a la novela en una construcción estética sobre los otros, sobre aquellos que no pueden ser lo que quisieran ser, aquellos desarraigados que edifican lo extraño dentro de su contexto familiar. Ania no se siente parte de lo que le rodea, está dominada por una incontrolable sensación de desarraigo y “una herida al rojo vivo muy adentro” sin sutura. Costamagna evita que las palabras no respondan a la necesidad de expresar un pensamiento, imagen o emoción, porque entonces quedan como materia muerta y son negación de lo estético. La lectura debe conmocionar los sentimientos por la intensidad con que los exalta y así lo entiende Costamagna, admiradora de Pedro Páramo y Nocturno de Chile y lectora de la norteamericana Grace Paley y de Nicanor Parra. En definitiva, estamos ante una novela de envergadura de una autora con todo el futuro por delante y con un seductor estilo condensado. + Leer más |
Alejandra Costamagna (Santiago de Chile, 1970) ha sido finalista del Premio Herralde con una novela que resume las virtudes de toda su obra
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La ya completa revisión crítica, cuando no alejamiento, del celebrado «boom» hispanoamericano ha propiciado una renovadora narrativa austral, caracterizada por el intimismo psicológico, el retrato moral de personajes, un inquietante costumbrismo familiar y una cierta visión del absurdo cotidiano
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La guerra del fin...