La ira de los ángeles de Alden Bell
Las hordas, en la oscuridad de la noche urbana iluminada sólo por los faros del coche, descienden por todas partes y chocan unos contra otros como gusanos en la panza de un gato muerto, la más penosa y degenerada manifestación de una humanidad asolada en una Tierra asolada.
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