El último círculo del infierno de Alberto Figueroa
Cada vez que su cabeza giraba se encontraba con esa figura sugestiva de rostro singular cuyas facciones, analizadas una por una, resultaban desproporcionadas para modelar un atractivo convencional, pero que, en conjunto, componían una figura armónica que resultaba lo que a él le pareció una belleza exótica
|