Alan Bennett

Un libro llevaba a otro , nuevas puertas se abrían dondequiera que mirase y los días no eran lo bastante largos para leer todo lo que ella quería .

No pones la vida en los libros . La encuentras en ellos .

- Los libros son maravillosos, ¿verdad? - le dijo al rector, que convino en que lo eran - A riesgo de parecer un filete, nos ablandan - añadió la reina.

Leer es desordenado , disperso y siempre incitante . El aleccionamiento cierra un tema , la lectura lo abre .

Los libros no hablan de pasar el tiempo . Hablan de otras vidas . Otros mundos .

Lo que asimismo estaba descubriendo era que un libro llevaba a otro, nuevas puertas se abrían donde quiera que mirase y los días no eran lo bastante largos para leer todo lo que ella quería

Sería un consuelo pensar que es el amor, o la muerte del amor, lo que desequilibra la mente.

un libro llevaba a otro, nuevas puertas se abrían dondequiera que mirase y los días no eran lo bastante largos para leer todo lo que ella quería.

No pones la vida en los libros. La encuentras en ellos

Los libros no hablan de pasar el tiempo. Hablan de otras vidas. Otros mundos.

Aleccionar no es leer. De hecho es la antítesis de la lectura. Aleccionar es sucinto, concreto y pertinente. Leer es desordenado, disperso y siempre incitante. El aleccionamiento cierra un tema, la lectura lo abre.

Opsímata: persona que aprende tarde en la vida.

La clave de la felicidad es no creerse investido de ningún derecho.

Si le hubieran preguntado si la lectura había enriquecido su vida habría contestado que sí, sin duda alguna, aunque habría añadido con la misma certeza que al mismo tiempo la había vaciado de toda finalidad.

El atractivo, pensó, estaba en su indiferencia: había algo inaplazable en la literatura. A los libros no les importaba quién los leía o si alguien los leía o no. Todos los lectores eran iguales, ella incluida. La literatura, pensó, es una mancomunidad, las letras, una república.

Cuantos más síndromes de lirios del campo veía, menos creía en ellos. Tenía un par de clientes que le habían dicho que un robo doloroso les había instruido sobre el modo de vivir, y que en adelante no estarían tan apegados a los bienes materiales, que viajarían con poco equipaje, etc. Seis meses más tarde les hizo una visita de seguimiento y les encontró más cargados de posesiones que nunca. Dusty había concluido que la gente podía renunciar a cosas; lo que no podía era dejar de comprarlas.

Leer es desordenado, disperso y siempre incitante. El aleccionamiento cierra un tema, la lectura lo abre.

No pones la vida en los libros. La encuentras en ellos.

¿Quién está por encima de la literatura? Es como si dijera que estoy por encima de la humanidad.

confundiendo de este modo el despertar de la sensibilidad con el comienzo de la senectud.