Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga
La mayoría de las personas creen que nada es más destructivo que el poder del fuego, pero se equivocan. El fuego puede reducir a cenizas un edificio o una ciudad entera, pero siempre deja algo tras de sí: cenizas, brasas... Un rastro de lo que existía antes. El agua, por el contrario, no deja nada a su paso, puede anegar todo un valle y parecerá que nunca existió otra cosa
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