Entre los rotos de Alaíde Ventura Medina
Solamente quien ha vivido con una persona silenciosa entiende de qué manera el silencio puede llenar los espacios, apropiarse de ellos. El silencio de mi hermano invadía todo. Nos dejaba a los demás sin posibilidad de movimiento. El silencio es un vacío, pero pesa. Es la neblina que cubre el mundo. Empaña la vista. Ahoga. Es un cansancio compartido y transmisible. La falsa calma que precede a la masacre. Las horas en silencio transcurren más lento. El silencio es un juego de ajedrez en el que ambas partes han olvidado que es su turno. Nadie hablará primero, y se quedarán ahí hasta el fin de los tiempos. |