Se busca highlander de Adriana Rubens
—Sabía que dirías algo así —murmura y se ríe—. Los protagonistas masculinos de mis novelas suelen soltar ese tipo de gilipolleces antes de enamorarse hasta las trancas de la chica a la que han jurado no amar. Yo lo llamo «el discurso de las lamentaciones», porque luego, cuando descubren sus sentimientos, se arrepienten de sus palabras. Pero, con lo claras que tienes las cosas y lo tozudo que eres, es evidente que tú vas a ser la excepción, ¿verdad? —ronronea mientras me mira entre sus pestañas.
|