Mi nombre es pecado de Adriana Rubens
—Lo has vuelto a hacer —musitó. —¿El qué? —pregunté, confusa. —Resistirte. No me suele pasar —declaró, mirándome con intensidad—. Tampoco me suelen contradecir, y mucho menos ponerme en mi sitio —añadió con una mueca—. Son pocos los que se atreven, por mucho que lo merezca de vez en cuando. |