Detrás de la máscara de Adriana Rubens
—Escúchame bien, asno estirado y presuntuoso. Puede que no sea perfecta, pero tengo corazón y soy fiel a lo que siento. Creo que luchar por lo correcto es más importante que vivir guardando las apariencias, y al diablo quien critique eso —espetó, acercándose a él para clavarle el dedo en el pecho—. Si piensas tan mal de mí, ya puedes salir por esa puerta y no volver a verme nunca más. Dedícate a buscar una muñequita perfecta que bese el suelo que pisas. Pero eres tonto si crees que otra mujer te podría amar tanto como yo. Así que...
|