Apartamento 16 de Adam Nevill
Era una táctica que tenía sus ventajas. Cuanto menos dijeras, más fácil era tu vida.
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Apartamento 16 de Adam Nevill
Era una táctica que tenía sus ventajas. Cuanto menos dijeras, más fácil era tu vida.
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Apartamento 16 de Adam Nevill
Eran los gritos de gente aterrorizada. Alguien estaba chillando. ¿Una mujer? No, no podía ser. Ahora que estaba más cerca sonaba como un animal, como un babuino que había visto una vez en el zoológico y que rugía enseñando unas encías negras y unos colmillos largos y amarillentos detrás de unos labios de color escarlata. |
El fin de los días de Adam Nevill
Hay algo demoníaco en la naturaleza humana que no podemos dejar de venerar.
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Apartamento 16 de Adam Nevill
Hacía daño mirarlos, pero era imposible no hacerlo. Unos ojos rebosantes de curiosidad e inteligencia. Y de pasión, también. Pero, por encima de todo, unos ojos vulnerables. Profundamente vulnerables.
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Apartamento 16 de Adam Nevill
La fugaz visión de aquella forma en el espejo hizo que se volviera y se encogiera como un gato que esperase un golpe
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?