A. M. Morgen procede de un largo linaje de ingenieros e investigadores, pero decidió anteponer la literatura al laboratorio. Para sorpresa de su familia, ha conseguido ganarse la vida dignamente como correctora gracias a su licenciatura en Lengua Inglesa. En su tiempo libre, A. M. disfruta dando largos paseos por el bosque, probando hobbies nuevos (para luego abandonarlos) y quejándose de las travesuras de su gato. A pesar de lo que cabría pensar, A. M. no es una persona a la que le guste madrugar.