Las herederas de Aixa de la Cruz
lo alucinatorio es un lenguaje en sí mismo, con sus propios valores de verdad. Toda droga fue chamánica en su origen. Todo yonqui busca lo trascendente. Y quizás lo encuentre
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Las herederas de Aixa de la Cruz
lo alucinatorio es un lenguaje en sí mismo, con sus propios valores de verdad. Toda droga fue chamánica en su origen. Todo yonqui busca lo trascendente. Y quizás lo encuentre
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Las herederas de Aixa de la Cruz
«Parece que un suicidio en la familia constata lo que siempre se sospecha, que la locura corre en los genes, que estamos bíblicamente perdidas»
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Las herederas de Aixa de la Cruz
Lis alarga la mano hacia su bolso,donde guarda su medicación,y se calla la respuesta que le gustaría,la que Jaime se merece ,colocándose un tranquilizante debajo de la lengua.Loa fármacos también son un bozal.
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Las herederas de Aixa de la Cruz
(…) pero la familia no es más que un destino en el que se cae de bruces y, a medida que se envejece, el espacio simbólico en el que se buscan culpables.
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Cambiar de idea de Aixa de la Cruz
- Y llevas un mes llorando, fustigándote por lo injusta que eres con tu madre mientras te escondes de ella, reviviendo lo que ya no tiene solución, y ahora dices que este es el origen de todos tus males, [...], es mucho más fácil subirse al carro de la literatura quejumbrosa y escribir que sufres, sufres, sufres, sufres.
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Las herederas de Aixa de la Cruz
Aunque nada muy grave, tranquila, que naciste blanca en el primer mundo.
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Cambiar de idea de Aixa de la Cruz
Que los cambios de humor existen y que los chistes misóginos se equivocan: no estamos con la regla; estamos hartas de tanto imbécil, pero si nuestras hormonas tuvieran que ver con nuestro enfado, tampoco sería por la menstruación sino por el síndrome que la precede y es fruto de la interacción entre la progesterona y el cortisol, fruto de los encargos que tenemos que aceptar para que compense la cuota de autónomos, de no saber con quién dejamos a nuestros hijos mientras cuidamos de nuestros enfermos, de adelantarnos a los deseos de los demás, de sonreír sin tregua, de que no haya tregua. Me sonroja este movimiento del yo a nosotras con el que me apropio de las cargas de mi madre, pero es el comienzo de algo nuevo. He derrumbado el muro cartesiano, la barra oblicua del binario cuerpo y mente. Acepto mi piel, y acepto su lucha.
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Las herederas de Aixa de la Cruz
Porque esto también es estar en familia, el significado de la familia, familias que duelen, familias que matan pero que no te dejan sola cuando te derrumbas.
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Las herederas de Aixa de la Cruz
La realidad es maleable; hay una interpretación posible para cada cuerpo; y es mejor cambiar la realidad que alterar los cuerpos, porque son estos los que al final enferman.
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Las herederas de Aixa de la Cruz
Se pregunta cómo sería el mundo si la terapia no fuera un lujo al alcance de unos pocos; si cada individuo recibiera consejos individualistas: mira por lo tuyo.
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Las herederas de Aixa de la Cruz
Una casa es siempre un refugio, o eso promete. La pregunta es para quién, o para qué.
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Las herederas de Aixa de la Cruz
¡Algo harías en una vida pasada! Aunque nada muy grave, tranquila, que naciste blanca en el primer mundo. |
Las herederas de Aixa de la Cruz
Todo está mal y no hay nada que pueda hacer para cambiarlo. Si tuviera que definir su actitud en una frase, sería esta.
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Las herederas de Aixa de la Cruz
Ella quería decir otra cosa, algo mucho más complejo y difícil de verbalizar, pero en aras de la concisión le ha salido esta frase y ya es irrevocable, porque un loco no puede desdecirse. Un loco ni siquiera puede argüir que no está loco. Eso confirmaría el diagnóstico. Por eso calla.
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Aixa de la Cruz
(…) porque esto también es estar en familia, el significado de la familia, familias que duelen, familias que matan pero que no te dejan sola cuando te derrumbas
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Aixa de la Cruz
Se pregunta si, a pesar de su silencio, no estarán siempre comunicándose, de alguna forma. Qué se diran o qué se habrán dicho en lenguajes ocultos a lo largo de los años. Dónde quedará registro de eso.
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La edad de la inocencia