El jardín de los nuevos comienzos de ABBI WAXMAN
No supe cómo acabar la frase. ¿Por qué tenía que ser tan difícil? Yo era mujer, ella era mujer, las dos trabajábamos en una editorial, las dos ovulábamos, sudábamos, comíamos helados y nos sentíamos culpables por ello, leíamos People en la cola del supermercado, nos preguntábamos qué pensaban los demás de nosotras. No tendría que haber sido tan difícil que nos relajáramos
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