Desayuno en Tiffany's de Truman Capote
Siempre he creído que un cuerpo tiene que estar enfermo y morir antes de ver al señor. Y me imaginaba que cuando él viniese sería como mirar a trvés de la ventana de los baptistas hermoso como un cristal de color atravesado por el solo, un brillo tal que no te enteras de qué oscure y ha sido un consuelo pensar en aquel resplandor que hace desaparecer todo miedo al coco. Pero estoy segura de que eso no sucede nunca. Estoy segura de que en el último momento el cuerpo comprende que el Señor ya se ha mostrado. (Recuerdo Navideño)
|