Ojos azules de Toni Morrison
Y fantasía era, porque no éramos fuertes, sólo agresivos; no éramos libres, sólo licenciosos; no éramos compasivos, éramos corteses; no éramos buenos, pero nos portábamos bien. Nos exponíamos a la muerte para calificarnos a nosotros mismos de bravos, y nos ocultábamos ante la vida como ladrones. Sustituíamos los buenos principios por el intelecto; cambiábamos de hábitos para simular madurez; reordenábamos mentiras y lo llamábamos verdad, y en el nuevo diseño de una idea vieja veíamos la Revelación y la Palabra.
|