Ojos azules de Toni Morrison
Aunque nadie diga nada, en el otoño de 1941 no hubo caléndulas. Creímos entonces que su las caléndulas no habían crecido era debido a que Pecola iba a tener el bebé de su padre. Una ligera inspección y un punto menos de melancolía nos habrían demostrado que no fueron nuestras semillas las únicas que no germinaron: no lo hicieron las semillas de nadie.
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