Blood Magic de Tessa Gratton
Bajo el ala de su sombrero, sus ojos permanecían en la sombra. Mi corazón empezó a la latir más rápido, y tuve que parpadear para hacer desaparecer el halo que lo rodeaba. Era Mefistófeles, que sonreía para tentarme a mí, su doctor Fausto, a bailar.
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