Los perros románticos de Roberto Bolaño
Es el sueño que regresa con la promesa y el silbido. El silbido que nos llama y que nos pierde. En sus ojos veo los rostros de todos mis amores perdidos. Musa, a donde quiera que yo vaya tu vas. Te vi en los hospitales y en la fila de los presos políticos. Te vi en los ojos terribles de Edna Lieberman Musa, a donde quiera que tu vayas yo voy. Sigo tu estela radiante a través de la larga noche. |