Carbono modificado de Richard Morgan
«Tenemos que aceptar lo que la vida nos ofrece y eso, tiene que bastar». «A veces, lo que nos ofrece, basta». Virginia Vidaura |
Carbono modificado de Richard Morgan
«Tenemos que aceptar lo que la vida nos ofrece y eso, tiene que bastar». «A veces, lo que nos ofrece, basta». Virginia Vidaura |
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Ángeles rotos de Richard Morgan
Te equivocas [...] Me encantaría poder acceder a todas esas gilipolleces en las que crees. Me encantaría poder invocar al responsable de esta cagada de creación. Porque entonces podría matarlo. Despacio.
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Ángeles rotos de Richard Morgan
[...] la mejor manera de apaciguar el arte en tiempo de guerra es controlarlo.
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Ángeles rotos de Richard Morgan
Eso es: gente. Siempre se trata de gente. La gente y sus putos y estúpidos grupos. Nómbreme a alguien cuyas decisiones individuales me hayan perjudicado y le fundiré la pila. Nómbreme un grupo con el propósito de hacerme daño y me los cargaré a todos, si puedo. Pero no espere que invierta tiempo y esfuerzo en odiar en abstracto.
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Ángeles rotos de Richard Morgan
No tengo excusas, y mucho menos para Dios. Como pasa con todos los tiranos, no merece la pena desperdiciar saliva negociando con él. Tenemos un acuerdo infinitamente más sencillo: yo no le pido cuentas a él, y él me corresponde con idéntica cortesía
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Carbono modificado de Richard Morgan
Mi conciencia todavía traquetea por ahí dentro, solo que no recuerdo dónde la dejé.
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Carbono modificado de Richard Morgan
Su valor. El valor de la vida humana. [...] Sigues siendo joven y estúpido. La vida humana no tiene ningún valor. Con todo lo que has visto, Takeshi, ¿todavía no lo sabes? No tiene valor intrínseco. Construir una máquina cuesta dinero. Extraer materia prima cuesta dinero. Pero ¿la gente? [...] Siempre se puede conseguir más gente. Se reproduce como las células cancerosas, lo quieras o no. Abunda, Takeshi. ¿Por qué debería ser valiosa? ¿Sabes que nos cuesta menos reclutar, torturar y asesinar a una puta de verdad que preparar la simulación virtual equivalente? La carne humana real es más barata que las máquinas. Es el axioma de nuestro tiempo.
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Carbono modificado de Richard Morgan
Podría haberle mentido, podría haber razonado con ella. Y todo habría sido más o menos igual de inútil, porque en esos momentos su realidad se reducía al dolor, y nadie podía hacer nada para aliviárselo.
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Carbono modificado de Richard Morgan
El entrenamiento militar jode el orden natural de las cosas. Destruye las resistencias ante la conducta psicopática y a la vez imbuye al individuo de una lealtad fanática hacia el grupo, que es justo lo que necesitan.
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Carbono modificado de Richard Morgan
Por muchos logros que hayamos conseguido como civilización y como individuos, el universo no es estable, ni lo es nada de lo que contiene. Las estrellas se consumen, el universo se expande, y hasta nosotros estamos compuestos de materia en cambio constante.
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Carbono modificado de Richard Morgan
[...] todos los poderosos, cuando hablaba de precios que merecía la pena pagar, una cosa era cierta. Pagaban otros.
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Carbono modificado de Richard Morgan
La gente me envidia y me odia. Es el precio del éxito. Pues menuda noticia. A mí me odian al menos en una docena de mundos distintos, y jamás lo había interpretado como una señal de éxito.
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Solo el acero de Richard Morgan
Después de todo, te ha insultado a ti. Sí, me insultó a mí. Pero sólo después de que tú le dieras motivos para creer que yo había perdido tu favor con ese comentario insidioso sobre súbditos leales. Construiste para Menkarak una pasarela que él creía segura, y en cuanto puso el pie en ella, la apartaste del barco de una patada y viste cómo se precipitaba al agua. Te gustan los juegos, Jhiral, nos enfrentas a unos con otros para mayor diversión y seguridad tuya. Pero algún día vas a darle una patada a la pasarela de alguien y no se zambullirá solo en las aguas. Te agarrará los tobillos y te arrastrará en su caída.
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Solo el acero de Richard Morgan
Estaba en los ojos. Los hombres eran como hojas, todos se rompían tarde o temprano, incluido tú.
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Solo el acero de Richard Morgan
Era todas las decisiones equivocadas que había tomado alguna vez, todos los caminos que no había sabido recorrer, desplegados en abanico y expuestos ante él para que lo comprendiera, y le dolía. Devoraba sus entrañas como el aliento de un dragón mientras lo contemplaba fijamente.
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Solo el acero de Richard Morgan
—Son capaces de ejecutarte en la estaca por quién eliges llevarte a la cama, y llamarlo piedad; observarían y brindarían por tu agonía con jarras y canciones, y dedicarían el acto a sus dioses idiotas. Son brutales, necios, tienen la conciencia ética de los simios y el nivel de iniciativa de las ovejas. Pero te enfrentaste a los reptiles en el campo de batalla por ellos. ¿Por qué? —No lo sé —dijo con voz rota—. Todo el mundo lo hacía, sólo deseaba ser popular. |
Solo el acero de Richard Morgan
—No sabes nada de mí. —Con los dientes apretados—. Nada. Me has follado, eso es todo. Pues bien, bienvenido al puto club, tesoro. Y los humanos somos un hatajo de alborotadores embusteros, acuérdate. No es aconsejable confiar en nosotros entre las sábanas más que en cualquier otra parte.
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Solo el acero de Richard Morgan
—Bueno —Ringil lanzó otra sonrisita quebradiza al capitán del Trono Eterno—. ¿Sabes?, lo que tiene el follar es que resulta menos cansado y peligroso que intentar matarse con unos trozos de acero. Y es la clase de cosa que suele desembocar en confidencias y favores si se hace bien. Pregúntaselo a cualquier mujer; verás cómo me da la razón. A menos, claro está, que tus experiencias en ese sentido se limiten, ahora que lo pienso, como tal vez se limiten las tuyas, a ir de putas y a alguna que otra violación
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Solo el acero de Richard Morgan
—Son hombres píos de vida limpia, adoradores del templo de sus propios cuerpos. —Hmm. No se puede negar que suena erótico. |
¿De qué nacionalidad es Edgar Allan Poe?