A la sombra del dinero de Ramón Dóaz Eterovic
página 238…estaba cansado hasta de mi sombra y la vida era una vieja mañosa que reiteraba sus triquiñuelas. Necesitaba alguna idea nueva; una pequeña llama para anidar en mis bolsillos antes que la noche llegara a cubrirme con su raída capa de murmullos. No era más que uno de los tantos seres anónimos que arrastraban sus días por las calles del vecindario, aletargados por el falso sueño de tropezar con un trozo de felicidad a la vuelta de la esquina. Encendí un cigarrillo, aparté mis oscuros pensamientos y entre el bullicio de los clientes descubrí el sentido de mis próximos movimientos...
|