Dionisíacas. Cantos I-XII: 1 de Nono de Panópolis
Abandonó luego el cielo y se ubicó cerca de la orilla que acompaña al río, para examinar detenidamente las proporciones del cuerpo desnudo de la muchacha de hermosos cabellos. Pues deseaba vivamente no ver desde lejos, sino que le apetecía observar desde cerca todo el cuerpo completamente blanco de la joven.
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