Una librería en Estambul es un romance precioso, pero, sobre todo, es la historia de Chiara, de esa Chiara que todos, de una u otra forma, llevamos dentro y que quiere arriesgarse a salir de su zona de confort, aunque le frenan los miedos. Este viaje interior comienza en Italia, aunque enseguida nos sumergimos de lleno en Estambul, donde transcurre casi toda la historia. Natalia nos hace descubrir esta hermosa ciudad a través de los ojos de los personajes, de las preciosas descripciones de los monumentos, de las calles, del Bósforo, de la vida de los habitantes y de esa particular librería a la que llega Chiara. La ambientación arropa los sentimientos de los protagonistas y nos lleva a enamorarnos de la ciudad. La trama se centra en el viaje interior de Chiara al mismo tiempo que en el exterior. Con ese estilo dulce que tanto caracteriza la escritura de Natalia, nos va llevando a través de los sentimientos del personaje, de sus tonalidades grises, de sus miedos, dudas, inseguridades, y de esa atracción inicial que se va transformando en amor. Chiara lleva una vida ordenada, correcta y gris. De pronto, un día, su perfecta vida se viene abajo como un castillo de naipes y, en un insólito impulso, toma la decisión de viajar a Estambul para ver a su abuela. La historia, narrada únicamente a través de la voz de Chiara, nos va permitiendo ver lo que esa decisión implica para ella, lo que significa enfrentarse por primera vez a un plan "no planificado", salir de la propia zona de confort y seguridad. Somos testigos de su incertidumbre y de sus miedos, de sus dudas, de esa lucha entre la Chiara valiente y atrevida, y la Chiara que se acomoda para evitar los conflictos y las preocupaciones. Pero ella no está sola en este viaje. Apenas llegar a Estambul, conoce a Kerem, un atractivo turco de sonrisa sincera, educado y culto. Lo conocemos a través de la voz de Chiara, y nos encontramos con un hombre dulce y apasionado, caballeroso, gran narrador de historias, con un encanto especial. Él no se erige en guía del alma de Chiara, sino que le va mostrando las diversas posibilidades entre las que puede escoger. Le hace cuestionarse pensamientos, actitudes, comportamientos, y le ofrece una experiencia nueva y distinta en el amor, ofreciéndose sin exigir nada a cambio. Su amor florece entre los descubrimientos de una ciudad hermosa, el descubrimiento del propio yo y la revelación de pequeños secretos del pasado. El estilo narrativo de Natalia es dulce, con un cierto toque melancólico, y te envuelve. Maneja muy bien los sentimientos humanos, llevándonos a sufrir con Chiara, a emocionarnos con ella y a vivir esta historia un poco a través de sus ojos y su corazón. Muy recomendable.🥰 + Leer más |