J. J. Sánchez y la turbulenta travesía del alacrán de Mónica Beltrán Brozón
Tal vez de verdad había sido todo eso muy inútil; me imaginé a mi mismo regresando a la ciudad sin haber logrado nada. Eso iba a ser muy vergonzoso. Y la vergüenza con el mundo entero me la podía aguantar, pero no la que me iba a dar conmigo, porque a veces nadie es tan estricto y tan sangrón conmigo como yo mismo.
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