El avaro; El enfermo imaginario de Molière
VALERIO. -Puesto que solamente los hechos demuestran lo que somos, esperad a juzgar mi corazón al menos por ellos, y no queráis buscar culpas en los temores infundados de una enojosa prevención. No me asesinéis, os lo ruego, con las sensibles suposiciones de una sospecha ultrajante, y dad tiempo para demostraros con mil y mil pruebas la honradez de mi corazón. ELISA. -¡Ay! ¡Con qué felicidad nos dejamos persuadir por las personas que amamos! [...] |