Tartufo de Molière
DORINA.— Ciertamente es cosa también que clama al cielo ver que un desconocido se presente en esta casa para enseñorearse de ella; que un tunante que cuando llegó venía sin zapatos y cuyo traje completo no valía más de seis dineros llegue, para colmo de insolencia, a trastocarlo todo y hacerse el amo de cuanto hay.
|