Almas en el páramo de Miguel de León
No creo en los ángeles de la guarda. Para qué los necesitamos si tenemos a los perros.
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Almas en el páramo de Miguel de León
No creo en los ángeles de la guarda. Para qué los necesitamos si tenemos a los perros.
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Almas en el páramo de Miguel de León
Como la música, aquel juego exigía cada nota en el justo momento, con la intensidad medida y la duración precisa, porque se quedaría en ellos para siempre y, al mirar atrás, recordarían una hermosa melodía o no recordarían más que un ruido atroz.
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Almas en el páramo de Miguel de León
...lo más valioso que tenemos son los recuerdos. Debemos cuidarlos.
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Almas en el páramo de Miguel de León
Somos seres insignificantes en el tiempo infinito y en el espacio inabarcable de lo que algunos llaman creación. Si somos algo más que materia, si tenemos alma, somos almas en el páramo; almas errantes. En todo caso, no somos sino polvo estelar.
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Los amores perdidos de Miguel de León
...cuando concluyó la guerra ocupaba ya un cargo local de cierta importancia a partir del cual Dolores amplió las fronteras de su reino del terror. Controlaba el estraperlo, se apoderaba de propiedades, esclavizaba a los sumisos, aterrorizaba a los díscolos, dirigía al párroco, ponía y quitaba al alcalde, daba órdenes en el cuartelillo de la Guardia Civil y, en definitiva, detentaba todo el poder en la comarca
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Almas en el páramo de Miguel de León
... la vida necesita de otra vida a su alrededor, porque un ser vivo único, solitario y rodeado de materia inerte, carece de sentido; un alma que no esté rodeada de otras almas carece de sentido. La necesidad de estar en compañía de otras vidas y otras almas es lo que llamamos amor.
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Almas en el páramo de Miguel de León
... el odio nunca ha tenido sitio en mi vida porque de nada sirve odiar. No nos permite hallar verdad alguna ni andar más rápido el camino. El odio sólo es bruma. Si una mota nos impide ver, frotamos nuestros ojos, limpiamos las gafas, cambiamos el ángulo desde el que miramos, y no echamos la culpa al objeto que miramos.
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Almas en el páramo de Miguel de León
...la amó tanto que cuando el amor fracasó descubrió que no había reservado ni unas gotas de clemencia para sí mismo.
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La edad de la inocencia