Lunática de Martha Riva Palacio Obón
Luna roja, colmena hexagonal de pesadillas. Por el aire zumba zumba que zumba un mal sueño. |
Lunática de Martha Riva Palacio Obón
Luna roja, colmena hexagonal de pesadillas. Por el aire zumba zumba que zumba un mal sueño. |
Lunática de Martha Riva Palacio Obón
Lápiz-au en cuarto menguante. Con él pesco las auroras boreales que fluor-escen en mi cuaderno. |
Lunática de Martha Riva Palacio Obón
Licántropa maniática de hocico estrambótico. Niña-loba de carcajadas luminiscentes. Trepada en el lomo erizado de un árbol aúllo a la luna. |
Orfeo de Martha Riva Palacio Obón
Había momentos, mientras te escuchaba, en los que casi podía recordar esas otras vidas de las que me hablabas con tanta certeza. Despiadadas, alucinantes, cada una de ellas era variante de una misma situación que, al igual que el tema de una sinfonía, se repetía una y otra vez a lo largo del tiempo. La angustia de encontrarse atrapado en un instante que no tiene fin.
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Frecuencia Júpiter de Martha Riva Palacio Obón
Porque no son los venenos conocidos los que matan, sino los que no se dejan ver.
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Orfeo de Martha Riva Palacio Obón
Leer hasta comprender que sólo somos un parpadeo, la continuación de un impulso que no se ha detenido desde hace cuatro billones de años o incluso más. |
Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio Obón
Cuando me siento con el ánimo seco o paso varias noches sin soñar, vuelvo a repasar nuestras conversaciones codificadas en acuarios. Hay algunas que ya no puedo descifrar tan fácilmente como antes. Pero hay otras que todavía me hacen caer bajo el influjo de la sal, provocándome el deseo casi insoportable de acostarme boca arriba en mi bote y esperar ahí hasta que llueva.
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Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio Obón
Nunca fui bueno con las despedidas. Quería decirle tantas cosas que las palabras se atoraron en mi garganta. Ella, acostumbrada al silencio, fue más práctica y me besó en la boca. La besé de vuelta.
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Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio Obón
Tal vez alguien que no ha pasado por una sequía, piense que es terrible que una chica te diga aguacero cuando le declaras tu amor. Pero, cuando por poco caes presa del delirio a causa del calor, no puede haber nada mejor que la lluvia.
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Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio Obón
Dos años viviendo con alguien y resultaba que no lo conocía en absoluto. Pero bueno, tampoco era únicamente mi culpa. Por alguna razón, él siempre me había mantenido a distancia. O quizás simplemente era así con todo el mundo.
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Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio Obón
Pero en este lado, a diferencia de los sueños, las cosas no siempre son solo lo que parecen. Decir “te quiero” no es tan fácil.
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Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio Obón
¿Cuando besas a alguien en un sueño cuenta como un beso real? No lo creo. Pero aun así, se había sentido de verdad.
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Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio Obón
Ella sonrió burlona. ¡Cómo odiaba que pudiera leerme la mente! Y es que en el fondo, mientras la miraba enojado, no había podido evitar pensar que era muy bonita a pesar de su mal carácter.
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Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio Obón
Hay días en los que la basura es basura y hay días en los que la basura es algo más.
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Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio Obón
El resto del día solo decíamos lo indispensable, como si pronunciar cada palabra nos empobreciera.
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Lunática de Martha Riva Palacio Obón
Probar a escondidas el pasto para comprender el lenguaje silente de las plantas. Banquete feérico, purga colosal. |
Lunática de Martha Riva Palacio Obón
Sentarte al borde de la barda y sonreír de vuelta a la rajada de luna que se asoma entre las antenas de la ciudad. |
Lunática de Martha Riva Palacio Obón
Escalar sin que te importe que se rasgue tu vestido. Porque es solo tela y lo que importa es alcanzar la cima. |
Lunática de Martha Riva Palacio Obón
Buscar al pie del árbol luciérnagas que se extinguieron hace mucho. Pero sabes que volverán porque son luciérnagas y tienen que hacerlo. |
Orfeo de Martha Riva Palacio Obón
Dentro de cada una de nuestras células habita un océano e incluso después de haber vivido durante millones de años en la superficie, continuamos volviendo a él cada vez que nos llama.
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El nombre de la nación desde donde se organizan los juegos cada año es...