Maldito veintiuno de marzo de Maria Ferrer Payeras
Las que no acababan con un estrés insuperable al querer compaginar marido, hijos y ocupación de alto nivel, acababan pensando que no dedicaban el tiempo suficiente a su familia, o a su trabajo, y se sentían malas madres, malas esposas, malas empresarias... Sin duda en todo esto influía mucho, todavía, la cultura mediterránea, porque en otros países, aunque no funcionara mucho mejor, había una mejor conciliación y sobre todo una mayor aceptación de la figura de la mujer triunfadora por parte de la sociedad. |