La maldición de Chalion de Lois Mcmaster Bujold
Las maldiciones más salvajes de los dioses vienen a nosotros gracias a nuestros rezos. Rezar es un asunto de alto riesgo.
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La maldición de Chalion de Lois Mcmaster Bujold
Las maldiciones más salvajes de los dioses vienen a nosotros gracias a nuestros rezos. Rezar es un asunto de alto riesgo.
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Barrayar de Lois Mcmaster Bujold
—Era astrocartógrafa. Luego fui capitana. Después fui soldado, prisionera de guerra y refugiada. Más tarde me convertí en esposa y madre. No sé qué seré después.
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Barrayar de Lois Mcmaster Bujold
Cuando el asesino podía ser cualquiera, el impulso a sospechar de todos se volvía abrumador. Al parecer, la paranoia era una enfermedad contagiosa allí. Los barrayareses se la contagiaban unos a otros.
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Barrayar de Lois Mcmaster Bujold
Cordelia se fue dando cuenta de lo peculiar que era el sistema gubernamental de Barrayar… Ellos lo hacían funcionar. Simular la existencia de un gobierno. Tal vez, en el fondo, todos los gobiernos eran ficciones consensuales.
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Fragmentos de honor de Lois Mcmaster Bujold
Los actos verdaderamente imperdonables los cometen hombres tranquilos en preciosas habitaciones de seda verde; esos tratan con la muerte al por mayor, a toneladas, sin lujuria, si ansia, ni deseo, ni ninguna emoción redentora que los excuse, sólo el frío temor a algún supuesto futuro. Pero los crímenes que esperan impedir en ese futuro son imaginarios. Los que ellos comenten en el presente… ésos son reales.
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Fragmentos de honor de Lois Mcmaster Bujold
Mis mejores amigos y mis enemigos más letales llevan todos el mismo uniforme.
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Fragmentos de honor de Lois Mcmaster Bujold
—De hombre del espacio a cavernícola en tres días —meditó en voz alta—. Imaginamos que la civilización está en nosotros mismos, cuando en realidad está en nuestras cosas.
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¿Cuál es el desayuno favorito de Eleven?