Los cantos de Maldoror de Lautréamont
Su orgullo le repite este axioma: «Que cada cual persista en su naturaleza». Su orgullo, dije, porque teme que uniendo su vida a un hombre o a una mujer, le reprochen tarde o temprano, como una falta enorme, la conformación de su organismo. Entonces se retrae en su amor propio, ofendido por esta suposición impía, que sólo vienen de él, y persevera en permanecer sólo en medio de los tormentos, sin consuelo.
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