Amapolas en Octubre de Laura Riñón
Después de los chequeos rutinarios, me he quedado por fin a solas con mamá. Llevamos más de dos horas en silencio, sentadas la una delante de la otra. La escudriño con la mirada como si fuera una escultura, imaginando qué se sentirá estando dentro de su cabeza y a qué lugar habrá huido. (cap. 1)
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