La vorágine de José Eustasio Rivera
En vano mis brazos —tediosos de libertad— se tendieron ante muchas mujeres implorando para ellos una cadena. Nadie adivinaba mi ensueño. Seguía el ·silencio en mi corazón.
|
La vorágine de José Eustasio Rivera
En vano mis brazos —tediosos de libertad— se tendieron ante muchas mujeres implorando para ellos una cadena. Nadie adivinaba mi ensueño. Seguía el ·silencio en mi corazón.
|