Los últimos catorce años de José Antonio Prades
Entendí algo de la guerra cuando me contaron esta historia de mis tíos de Ricla. Hasta entonces ese silencio había salpicado las vivencias, pero mis padres no eran cobardes, sino prudentes, y con sobriedad y distancia empezaron a soltar alguna opinión o prenda, siempre a demanda. Ambos conformados en su condición y destino, sabedores por intuición de su encargo para esta vida me arroparon como mejor aprendieron de su infancia paupérrima y convulsa que conjuraron no repetir nunca más. Irreverencia.
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