La flor y la muerte de Iria G. Parente
—A lo mejor ya es inevitable, porque dejaría que volvieras a raptarme sin pensármelo. —Cuidado, Perséfone: vas a conseguir que te lleve conmigo al Inframundo y nunca más te deje ir. Quiero decirle que lo haga, que me lleve, que me convierta en su reina, que no necesitará ninguna semilla de granada para atarme a ella. Que abra aquí y ahora el suelo y tire de mí mientras todavía siento el calor del sol y de su cuerpo contra el mío.—Te estás saltando las normas, Hades; son sólo seis meses o traerás el invierno eterno al mundo. |