Ladrones de libertad (Marabilia 3) de Iria G. Parente
Ni las lágrimas ni la sangre derramada sirven para curar los corazones o para que aquello que deseamos se haga realidad. Los sueños no crecen cuando se riegan con ninguna de esas dos cosas. Algunos sueños, de hecho, no se cumplen nunca, aunque haya un genio detrás de ti haciendo realidad todos tus deseos.
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