Aunque leo mayoritariamente autoras, me gusta participar todos los años en la iniciativa #LeoAutorasOct donde se fomenta que, durante todo el mes de octubre, se lea solo a mujeres. Cotilleando por el catálogo de la biblioteca, encontré por casualidad este libro ilustrado y me lo guardé a propósito para poder leerlo en el transcurso de esta iniciativa porque me parecía perfecto para ello y la verdad es que lo disfruté muchísimo.
Tal y como se nos indica en la sinopsis y en el título, Las chicas son de ciencias es un recopilatorio de veinticinco mujeres científicas que cambiaron el mundo o, por lo menos, realizaron descubrimientos impresionantes y muy importantes pero cuyos nombres han caído en el olvido o nunca han llegado a conocerse porque sus méritos se los han llevado los hombres que trabajan con ellas. Si las mujeres en general solemos ser relegadas u olvidadas con facilidad, es aún más común que esto suceda en campos tan masculinizados como la ciencia, por lo que este libro es una reivindicación y un recordatorio de que hay muchísimas científicas brillantes en el mundo que se merecen un reconocimiento adecuado por sus descubrimientos. En un tono distendido, divulgativo y muy divertido, se nos presentan a veinticinco mujeres (las cuales para mí eran totalmente desconocidas) y sus logros dentro de diferentes ámbitos como informática, matemáticas, astronomía, física... Una cosa que me sorprendió mucho al leerlo fue la cantidad de descubrimientos o inventos cuya existencia yo conocía porque habían sido muy laureados en los medios de comunicación, pero, sin embargo, desconocía por completo que muchos de ellos se debían a la inteligencia y la perseverancia de una mujer, lo cuál dice mucho de nuestra sociedad.
Cada capítulo inicia con una breve biografía de la científica que se quiere introducir y algo que me gustó mucho es que en cada presentación se incluye el lema de vida de dicha mujer o su filosofía. Después, se nos habla de ellas y de sus aportaciones a los diferentes campos de la ciencia. Otro detalle a notar es que en sus historias nunca se menciona a los hombres que formaron parte de su vida; esto puede parecer una estupidez, pero lo cierto es que estamos acostumbradas a que cuando una mujer triunfe siempre se mencione a su marido/entrenador/mentor/profesor como si hubieran alcanzado el éxito gracias a alguna figura masculina y no por ellas mismas. Por eso valoro que en este compendio de historias eso no suceda. Asimismo, cada capítulo está acompañado de unas preciosas y coloridas ilustraciones que hacen que no solo se lea todo rapidísimo, sino que le dan un valor añadido al libro.
Quizá mi gran pero con este libro es que todas las ilustraciones correspondían a mujeres blancas, incluso cuando se mencionan a mujeres árabes, asiáticas o africanas. Es cierto que ninguno de los dibujos parece tener la piel coloreada, pero me parece un fallo bastante evidente que a mujeres no europeas/blancas no se las ilustre con el color correspondiente de piel o con rasgos suficientemente diferenciadores para identificar rápidamente su procedencia. Además, teniendo en cuenta lo que plantea y muestra este libro y su afán por dar voz a aquellas que no lo han tenido, me parecen aún más preocupante que se haya realizado este blanqueamiento (no sé si de manera consciente o no, ahí ya no entro). Por lo demás, si os interesa el campo de la ciencia o si simplemente tenéis curiosidad por conocer cuántos de los descubrimientos más relevantes en este ámbito han sido realizados por mujeres sin que lo supiéramos, es una obra altamente recomendable.
Las chicas son de ciencias es un libro precioso y muy cortito donde se compilan todos aquellos descubrimientos relevantes que fueron protagonizados por mujeres, aunque el público no lo supiera. Acompañadas de ilustraciones preciosas, leemos sus historias y aprendemos con ellas de una manera amena y divertida. Además, este es un libro perfecto no solo para que lo disfruten los adultos, sino también los más pequeños de la casa.
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