La danza de los tulipanes de Ibón Martín Álvarez
Araceli murió hace muchos años, el día que el hombre al que quería se convirtió en su peor pesadilla. La mataste. Lentamente, una y otra vez. La mataste cada vez que apagabas una colilla en su cuerpo, cada vez que la golpeabas, cada vez que arrojabas al suelo la comida que te había preparado, cada vez que la sometías al terror del chantaje.
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