El príncipe cruel de Holly Black
—¿Por qué has hecho eso? —Por diversión —respondo, después aparto el cuchillo de su pescuezo, lenta y deliberadamente. Sonrío, pero por lo demás adopto una expresión inmutable, tan gélida y cruel como el rostro que aparece de manera recurrente en mis pesadillas. Y es entonces cuando comprendo a quién estoy imitando, a quién pertenece ese rostro que me asustó tanto como para querer apropiarme de él. A Cardan. |