"Es un insulto para los negros." Con esta frase llegó este cómic a los tribunales siendo censurado en distintos países, literalmente: "retirar de la circulación y prohibirlo en todo espacio público". Por constituir una apología de la colonización y del racismo, según los demandantes, acaecida en 2011. Debo tener la piel muy gruesa porque no me he sentido ofendido en ningún momento a lo largo de sus 70 páginas, también es de rigor saber contextualizar una obra publicada hace casi cien años. Tintín y Milú ya fueron guiados por la tinta y pluma de Hergé hacia Moscú para denunciar al régimen comunista, y en este segundo viaje nos plantea una visión del Congo paternalista y primitiva, aunque ha pasado mucho tiempo y le pesan los años en el diseño y desarrollo, es una aventura entretenida lejos de miradas inquisitoriales. Uno de los "pecados de juventud" de Hergé, confesado por el propio autor belga, cual rectificó partes de esta obra en 1946 y la edición de Reino Unido incluye un mensaje explicativo sobre su contexto histórico. + Leer más |