Mañana lo dejo de Gilles Legardinier
Diez minutos más tarde es el turno del amigo de Xavier. Ric recupera el aliento. Tiene el pelo lleno de polvo de cemento. Se me acerca. Le brillan los hombros, sus brazos parecen más fuertes. Vais a pensar que siempre me parece guapo, y es cierto. Os prometo que si un día le encuentro feo, os lo diré.
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