Detrás del velo de Gemma Herrero Virto
Ya eran las tres de la mañana, pero le encantaba leer a aquellas horas, cuando toda la gente dormía y había silencio que le hacía creer que el mundo era sólo para ella.
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Detrás del velo de Gemma Herrero Virto
Ya eran las tres de la mañana, pero le encantaba leer a aquellas horas, cuando toda la gente dormía y había silencio que le hacía creer que el mundo era sólo para ella.
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