Cien años de soledad de Gabriel García Márquez
Antes de empezar, testamento firmado, aclarar que mis impresiones no son la verdad absoluta ni lo pretenden, no aseguro, ni pido disculpas. Demos a los cuerdos de su propia medicina, una parte de locura y tres de confusión ( 091, fragmento de la canción " huellas" Alicia, excomulgada del pais de las maravillas es transportada por miles de hormigas caníbales y renace en una cienaga con su nuevo nombre. Macondo. A diferencia de las fantasías de carrol las de Márquez pese a insolitas, son reales y teje una historia de soledad, de errores, obstinaciones y huidas que de forma cíclica se repetiran una y otra vez. Cuando leí el primer capítulo, tuve que volver a empezar, no era consciente pero el maldito Márquez ya me habia clavado el puñal, después solo lo fue retorciendo más y más y yo, rendido, deleitarme en la locura de su prosa. La narrativa de cien años de soledad es una obra arquitectónica con infinidad de detalles, de piruetas, música, poesia, perfecta en su composición y ejecución. Si fuera poco esto, el inicio de los capitulos, el primero con el hielo, el del coronel, las 32 batallas, el de los 4 meses lloviendo, son aplastantes. Me he sentido atropellado de principio a fin. No, no soy ni seré capaz de entender la obra en su totalidad, dudo que haya ser humano capaz, en su inmensidad, hay ricones detras de otros rincones y en mi lectura, mariposas amarillas revoloteando alrededor. Una obra escrita de manera magistral, de una Latinoamérica más profunda, que puedo imaginar, pero no oler ( se a que huelen mis pinos, tierra etc pero cada lugar tiene su olor) y estoy en clara desventaja. El aislamiento, el olvido, la culpa y una novela que da a los cuerdos de su propia medicina. Una maravilla. Un ejército de mariposas amarillas que me acompañarán por siempre jamás! |