El animal más peligroso de Gabriel Antonio Pombo
El joven se mostraba en extremo nervioso mientras acarreaba su bolsón. No era para menos. Ya había salvado los obstáculos de las vallas exteriores, colándose entre el esqueleto de hierro y cemento. Debía descender raudamente por aquel hueco negro y llegar, lo antes posible, al sótano.
|