Yo tambiŽn fui Jack el Destripador de Fernando Garc’a Calder—n
Recostado contra la pared, se llevaba las manos a la cabeza en un gesto de desesperación. Tenía la camisa empapada. El fragmento de rostro que dejaba al descubierto y el envés de las manos parecían embadurnados de una sustancia viscosa. No era difícil adivinar su origen. Saqué la lupa del bolsillo de mi chaleco, la acerqué al papel fotográfico y di por terminada mi odisea. Era yo.
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