Las Troyanas de Eurípides
Necio es el mortal que, creyéndose siempre feliz, se abandona al placer: la fortuna, cual furiosa delirante, salta aquí y allá, y a ninguno concede perpetua dicha.
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Las Troyanas de Eurípides
Necio es el mortal que, creyéndose siempre feliz, se abandona al placer: la fortuna, cual furiosa delirante, salta aquí y allá, y a ninguno concede perpetua dicha.
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Las Troyanas de Eurípides
Necio es cualquier mortal que conquista una ciudad y abandona a sus templos y sepulcros, sagrado asilo de los muertos. Inevitable es su ruina
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Medea de Eurípides
De todo lo que tiene la vida y pensamiento, nosotras las mujeres, somos el ser más desgraciado. Empezamos por tener que comprar un esposo con dispendio de riquezas y tomar un amo de nuestro cuerpo, y éste es el peor de los males. Y la prueba decisiva reside en tomar a uno malo o a uno bueno. A las mujeres no les da buena fama la separación del marido y tampoco les es posible repudiarlo |
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Medea de Eurípides
En primer lugar, tenemos que comprar a un precio altísimo un marido. Le pagamos para que se convierta en el amo de nuestro cuerpo; y pierden su buena fama las mujeres que se separan de su marido. Y si el esposo acepta convivir sin imponernos con violencia su yugo, envidiable es entonces nuestra vida. Y si no es así, es mejor morirse. Y dicen de nosotras que por vivir en casa corremos menos riesgos, mientras ellos combaten con armas: ¡vaya razonamiento estúpido!
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Medea de Eurípides
Esto deseo para mí: envejecer lejos de las grandezas, en lugar bien seguro. Ya por sí mismo se impone el nombre mismo de moderación; y la moderación sólo ventajas les trae a los humanos. Los excesos, en cambio, no traen ninguna utilidad: sino sólo calamidades, cuando la divinidad su cólera desata contra una familia.
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El Cíclope de Eurípides
Porque sentimos compasión de nuestra espalda y espinazo y no deseo echar fuera mis dientes por causa de los golpes, ¿eso lo llamas cobardía?
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Tragedias. Vol. IV. Electra. Orestes de Eurípides
El carácter es lo firme, no las riquezas. Porque el primero perdura para siempre y derrota los males, pero la riqueza, injusta y poco diáfana, desaparece de las casas, tras una corta prosperidad.
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¿Quién mata al elfo Dobby?