La niña de Libisosa de Elena Fuentes Moreno
Aquel lugar era el más sagrado para él, allí acudía siempre que regresaba a su hogar y donde iba a hacer una ofrenda siempre que partía. Aquel templo le transmitía una intensa paz, con la ciudad a sus pies y el mar en el horizonte. En el sacellum de la diosa Atargatis encontraba la redención, allí se despojaba de su piel de soldado y era un simple hombre al que la diosa perdonaba, era el único lugar donde las almas que había asesinado no podían darle caza.
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