Una habitación con vistas de E. M. Forster
Era muy fácil y tenía la incidental ventaja de ser verdad, pero no podía decirlo. Detestaba las confidencias porque llevaban a un conocimiento de uno mismo y a toda suerte de terrores como la claridad. Siempre, desde la última noche que pasó en Florencia, había considerado poco inteligente descubrir su alma
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