Los paraisos ciegos de Duong Thu Huong
Crecí. Miré, vi a esa gente que nos aterrorizaba, como aquel subdirector. No merecían nuestro respeto ni nuestro temor. Decretaban, para nosotros, mil reglamentos, innumerables leyes, a cual más severa, y sin embargo, en la sombra, chapoteaban en la mierda, sin fe ni ley.
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